Elecciones en Bolivia 18 de octubre de 2020
PARA BOLIVIA AHORA:
Son muchos los temas que están en juego en esta contienda presidencial. En Bolivia, para ser presidente hay que ganar las elecciones con el 50% de los votos válidamente emitidos ó un mínimo del 40% con una diferencia del 10% frente al segundo. Si no, se realizará una segunda vuelta electoral. Aquí presentamos algunos elementos para seguir el proceso boliviano y la lucha de su pueblo para recuperar la democracia.
Tras casi un años del golpe de estado que obligo la salida del Pdte Evo Morales varias masacres y mucho dolor en Bolivia, el MAS encabeza nuevamente todas las proyecciones de voto de cara a la elección de este domingo 18 que se celebra después de que la fecha haya sido pospuesta tres veces. Mesa se encuentra otra vez en segunda posición, y Luis Fernando Camacho, quien co-lideró el golpe, está en tercera posición. Jeanine Añez, presidenta de facto, y Jorge Quiroga, quien nunca tuvo fuerza en las encuestas, desistieron de sus postulaciones en las últimas semanas, y Arturo Murillo, ministro de facto de gobierno, llamó a votar x Carlos Mesa. Estos comicios son el resultado de la presión y la resistencia de las organizaciones y movimientos populares y se desarrollan en un contexto de violencia, persecución política y partidaria, desconfianza del actual Tribunal Supremo Electoral (TSE), además del desgaste del actual gobierno y los rumores de ataques de la derecha contra el proceso electoral y el MAS, que lidera las encuestas de opinión.
Para las organizaciones y movimientos sociales lo que está en juego en estas elecciones es la recuperación de los derechos y logros obtenidos en los últimos 14 años, como la creación de un Estado Plurinacional, así como la descolonización de la educación, la lucha contra todas las formas de discriminación y la continuidad del proceso de autodeterminación de los pueblos originarios, que, según ella, está aún lejos de alcanzarse.
La rearticulación de fuerzas en condiciones adversas, la legitimidad social expresada en las encuestas y los actos de campaña, expresan tanto la capacidad del MAS como el derrotero del bloque golpista. Los actores nacionales que fueron parte del golpe se dividieron con el paso de los meses, y la permanencia en el gobierno de facto -posponiendo tres veces las elecciones- les restó apoyo popular debido, entre otras cosas, a los malos resultados ante la economía, la pandemia. A ello se suma que se logró la unidad alrededor de la fórmula Arce-Choquehuanca, con apoyo de los movimientos y la Central Obrera Boliviana (COB), que protagonizaron movilizaciones en agosto, que desembocaron en un acuerdo para garantizar que las elecciones se realicen hoy domingo.
Los candidatos.-
Finalmente, entre los nueve precandidatos quedaron seis presidenciables oficialmente para votar en este domingo. Ellos son: Luis Fernando Camacho, María de la Cruz Bayá, Luis Arce, Chi Hyun Chung, Feliciano Mamani y Carlos Mesa. La candidata y presidenta de facto Jeannine Añez declino su candidatura las semanas previas al desarrollo de los comicios. De todos ellos solo uno representan las aspiraciones sociales y populares, Luis Arce Catacora del Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) es quien encabeza todas las encuestas, junto al candidato vicepresidencial David Choquehuanca. Arce fue Ministro de Hacienda desde que Evo Morales asumió como Presidente del país en 2006. En 2009 asumió como Ministro de Economía y Finanzas Públicas. Estuvo en el cargo durante los mandatos de Morales, con una corta interrupción entre 2017 y 2018. Tiene 56 años
Los otros candidatos.-
Carlos Mesa
Todas las encuestas lo dan como el segundo candidato más votado y con serias chances de llegar al balotaje contra Arce. Entre cinco y diez puntos abajo, en todos los estudios. Es el postulante del partido CC (Comunidad Ciudadana). Tiene 67 años.
Fue vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada por el MNR en 2002 y tras la renuncia en 2003 de éste último, quedó como mandatario hasta 2005. Se fue en medio de presiones sociales por su posición al servicio de las trasnacionales y sectores económicos tradicionales de Bolivia y negativa a avanzar en una nacionalización de hidrocarburos como se demandaba fuertemente tras los hechos sangrientos de octubre de 2003 en El Alto y La Paz, causantes justamente de la huida forzada de GS de Lozada. Es corresponsable del golpe de estado y de las masacres sucedidas en Sacaba, Cochabamba, El Alto Senkata y demás hechos violentos contra el pueblo boliviano entre octubre y noviembre de 2020.
Luis Fernando Camacho
Es empresario de la rosca oligárquica y logiera de Santa Cruz y el candidato de perfil más alto. Tomó notoriedad por el Golpe de Estado de 2019 a Evo Morales, que terminó con la presidencia de facto de Jeanine Añez. Camacho, un dirigente de ultraderecha con discurso mesiánico, fue líder mediático de las revueltas civiles contra el líder cocalero. Tras las elecciones de octubre de 2019 que ganó Morales y fueron invalidadas por la OEA, convocó a un paro cívico indefinido. Tres semanas después, Evo renunció a la presidencia. Es corresponsable de las masacres sucedidas en Sacaba, Cochabamba, El Alto Senkata y demas hechos violentos contra el pueblo boliviano entre octubre y noviembre de 2020.
Datos de contexto.-
Se trata de una elección muy polarizada, que podrá permitir el regreso al gobierno de las fuerzas que fueron derrocadas por el golpe de Estado, o, por el contrario, lograr una posible estabilización política del golpe con una victoria de Mesa y todo lo que conlleva de represión contra el pueblo, en especial a las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, privatizaciones, entrega de recursos naturales como el litio sobre el que EEUU esta detrás y quiere construir una base militar en pleno Salar de Uyuni sede las reservas estratégicas, unas de las mayores del mundo, retroceso en derechos humanos y total servilismo ante el FMI y banco Mundial, entre otros. Bisagra no solamente para el país, sino para el conjunto de la región, donde existe una radicalización de las derechas expresada particularmente en el golpe en Bolivia.
El resultado electoral en Bolivia será un punto decisivo en ese cuadro. Una victoria del MAS sería una señal doblemente positiva: por la capacidad de las fuerzas del proceso de cambio y el respeto al resultado luego de un golpe organizado nacional e internacionalmente. Pero los rumores de un posible fraude por parte de la derecha han tenido diferentes indicios en las últimas semanas, como la renuncia de la presidenta interina Jeanine Añez (Juntos) a su candidatura y del candidato Tuto Quiroga, del partido Libre21, que renunciaron para «evitar el triunfo del MAS», según dijeron. Además, del intento permanente de anular la candidatura del MAS a días de las elecciones y una visita inesperada a los Estados Unidos del ministro de gobierno interino, Arturo Murillo.
El MAS ha denunciado la existencia de posibles irregularidades, como el hecho que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no publique las fotografías de las actas de votación. El TSE ya anunció, por su parte, la suspensión de la votación en cinco ciudades de Chile y en Panamá, impidiendo la participación de 30 mil votantes. “Nos va a afectar al MAS, porque es nuestro fuerte -el exterior-, ahí tenemos un buen caudal de votos”, afirmó Eva Copa, presidenta del Senado.
Así, a pocas horas del cierre de la votación, existe la posibilidad de una victoria de Arce en primera vuelta. Algunos actores, parte de la trama golpista y el gobierno de facto, como Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y Murillo, han anticipado la posibilidad de un fraude, violencia y terrorismo, en lo que parece una serie de cartas que podrían desplegar en caso de resultados adversos.
“La COB pide al pueblo boliviano no dejarse llevar por las presiones psicológicas que realiza el gobierno, quien pretende llevarnos a una convulsión social para luego culpar a los dirigentes de las organizaciones sindicales y sociales”, afirmó la Central el miércoles, llamando a asistir masivamente a las elecciones para lograr “la recuperación de la democracia y el estado de derecho”.
La incertidumbre -debido a factores como el voto útil y el voto oculto- y la tensión serán elevadas hoy domingo por la noche y horas siguientes, con el agregado de la demora que tendrán en ser computados los votos rurales, en su mayoría favorables al MAS. La reacción de los candidatos, actores políticos nacionales e internacionales, serán claves para definir cómo evolucionará el escenario, si se activarán los posibles elementos de conflicto, donde el gobierno de facto amenaza con balas, cárceles y militares, o, por el contrario, transcurrirá con calma.
Las Misiones de Observación.-
En el terreno se encuentran actores conocidos: la misión de la OEA está encabezada por el mismo responsable que el año pasado, Manuel González, por lo que ha levantado lógicas sospechas. El abanico de observadores internacionales incluye una delegación de la Unión Europea, del Centro Carter, el Parlamento del Mercosur, la Conferencia de Partidos Políticos de América Latina, la Internacional Progresista y el Grupo de Puebla.
A estos se sumó por primera vez en la historia una Misión de Observación Electoral Indígena compuesta por representantes de diferentes pueblos indígenas y países como Panamá, Brasil, Colombia, Venezuela, Guatemala y Pais Vasco. Su objetivo acompañar este proceso velando por que se respete y garantice la participación plena de naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, en especial de las mujeres, se respeten las formas de organización y elección consagradas en la Constitución Política del Estado y se vele por que el proceso electoral se desarrolle son violencia y o atentados a los derechos de votación y derechos humanos en general. Esta Misión esta visitando zonas rurales y urbanas en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.