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Tiempos de crueldad imperial

Antonio Abal:

El título de estas líneas, son propiedad de una colega, cuando comentamos, el asesinato de otro colega en Buenos Aires, Facundo Molares se llamaba y había estado en varios lugares apoyando los procesos revolucionarios, tal vez poniendo en práctica el espíritu Guevarista de ser “un soldado de América” y como él cayo en manos de la violencia planificada, para infundir terror, para frenar las rebeliones libertarias.

América Latina, el Abya Yala se encuentra en ebullición, sus hijos ancestrales se toman las capitales coloniales, y como en tiempos de Pizarro las plazas son lugares de muerte, Lima, Buenos Aires y Quito, las manos imperiales, claro que están detrás. En el escenario mayor de la geopolítica los poderes imperiales se enfrentan con la segunda ola descolonizadora en el África; entonces los ojos retornan a lo que consideran su “patio trasero” y con las garras de buitre se aferran a los viejos métodos para someter a los pueblos.

Las wiphalas ancestrales, en las manos de los pueblos originarios recorren territorios que les fueron usurpados, y con ellos los militantes de la vida como Facundo, como Sebastián. El camino es largo ya casi son 500 años de marcha y resistencia.

La vieja estrategia de la violencia, está aparejada a procesos electorales, o como en Bolivia a Golpes de Estado; la delicada “legalidad” de la lawfare, ha cedido su lugar a la brutal violencia, para luego pedir “mano dura” e imponer el orden colonial. Estamos pues en tiempos de la crueldad imperial.

Antonio Abal, Cochabamba Bolivia.

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