Sobre el fin del “fin de la historia” y el coronavirus
Parecería que existe un consenso implícito entre los intelectuales de ciencias sociales y humanas acerca del momento crítico que vive el mundo, algunos hablan de un cambio de paradigma/episteme (qué fácil se pierde el sentido de esas palabras), otros aseguran un mundo más vertical y autoritario, y otros, incluso, de un renacer del comunismo, sin embargo, sin atreverme a mucho, creo que lo que sí terminó de morir, (si es que no murió antes), fue la hipótesis del “Fin de la Historia”, y de sus pilares constituyentes: la globalización, la democracia entendida como formal y el posmodernismo.
Y esto salta a la vista solamente bajo el criterio de que el país del mundo que líderizó y líderiza la lucha contra el Coronavirus (y el único que brindó seguridad a su sociedad), es justamente anti posmoderno, autoritario y plantea otro tipo de globalización: China, un país que plantea directamente un gran relato socialista y el regreso de la historia y las grandes narrativas a las ciencias sociales (marxismo, historicismo, incluso fascismo).
En círculos académicos anglosajones/europeos se habla de 4 crisis que afrontan sus países: económicas, sanitarias, políticas y culturales, lo que no sucede en Asia, con excepción de la crisis económica que advendrá. En Bolivia sólo se habla de crisis económica, sanitaria y política, dudo mucho que se llegue a una crisis cultural (eso ocurrió en la historia inmediata en la época post Guerra del Chaco, por mencionar algo), a pesar de la ineptitud del gobierno de facto y de sus dirigentes, quizás sólo a una crisis de concepciones ideológicas (¿existirá aún algún inoportuno que crea que el mercado solucionará todo con su mano invisible y que la privatización de los sistemas de salud es viable y lo proponga en su programa de gobierno?).
En fin, volviendo al tema, el Fin de la Historia, fue justamente el apotegma usado para justificar el neoliberalismo en el mundo, y con él caído en ruinas, el neoliberalismo también, aunque, obviamente, no el capitalismo, pero si ese tipo de capitalismo. Quizás, en ese sentido, sería prudente, para los políticos, el momento de recuperar las grandes narrativas, y recuperarlas para enfrentar la época que vendrá, la época del post Coronavirus.
Una nueva época de grandes relatos, parece ser la salida a una época donde la tristeza y la pérdida de esperanza (fundamentalmente en Europa) ha calado hondo en sociedades tan abatidas como la española, la italiana y pronto la estadounidense.
JOSE DANIEL