Quetena Chico resguarda la soberanía nacional mediante la crianza de camélidos y el turismo en la frontera suroeste del país
(APC Bolivia). La comunidad originaria de Quetena Chico es uno de los bastiones de resguardo de la soberanía nacional en la región suroeste de Bolivia, ubicada en el municipio de San Pablo de Lípez, provincia Sud Lípez del Departamento de Potosí, sus mas de 120 familias sientan la soberanía del territorio boliviano dedicándose a la actividad de la ganadería camélida y el turismo comunitario, ante una situación de desatención de parte de las autoridades, tanto de su municipio, que argumenta no contar con recursos necesarios y suficientes, así como de las autoridades de los gobiernos del nivel departamental como nacional, cuya escasa presencia en la región no corresponde al enorme sacrificio que representa habitar esta agreste región andina, caracterizada por sus nevados y paisajes de altura de la cordillera occidental, los fuertes vientos y bajas temperaturas, generalmente bajo cero, en gran parte del año y la escasa disponibilidad de servicios básicos y de vinculación de transporte y comunicación.
“Somos los guardianes y defensores del territorio y la soberanía de Bolivia, nos dedicamos a la ganadería y al turismo”, afirma con mucha dignidad pero también con mucho coraje, don Jacinto Berna, quien a sus mas de 70 años, aun desarrolla la actividad ganadera y día a día se traslada desde Quetena Chico hasta su hacienda denominada Bateas, donde llega caminando un largo trecho que recorre en unos 30 minutos, con la finalidad de atender a su tropa de casi 100 llamas, que habitan en los parajes naturales de pastoreo conocidos como vegas o bofedales.
“Los bofedales o vegas son la principal fuente de alimentación de nuestras llamas, el forraje que se produce ahí es con lo que se alimenta nuestro ganado, lamentablemente el gran problema de nuestros bofedales es la escasez de agua, los ojos de agua cada vez desaparecen más, la única alternativa que nos queda es manejar el curso del agua, necesitamos canalizar el agua y así poder recuperar el bofedal para nuestros ganado, es casi la única alternativa”, comenta el Corregidor de Quetena Chico, don Clemente Berna.
Efectivamente, el ganado y la crianza de camélidos es la única actividad que mantiene la economía de las familias de esta comunidad, complementada parcialmente con el turismo y la actividad comercial, ya que según manifiestan, la agricultura no es posible en esta región por las características de los suelos y las bajas temperaturas que echa por la borda cualquier intento de producción de la tierra.
“Quisiéramos que nos ayuden con la donación de carpas solares destinadas a la producción de forraje, ya que durante el invierno, por las bajas temperaturas nuestras llamas sufren, se quedan en el lugar de los apriscos y ya no comen nada por el tema del frio y llegan a morir, aquí no se produce ni frutas, ni verduras, no hay nada en esta zona, estamos a 4.200 metros de altura y nuestras estancias a mucha más altura, por eso solicitamos que nos puedan donar carpas solares”, demanda don Clemente Berna.
Fuertes vientos recorren las calles casi vacías de Quetena Chico, el silencio cotidiano es interrumpido por las movilidades que transportan turistas extranjeros que llegan a la zona atraídos por la belleza del paisaje natural, especialmente ubicado en la Reserva Nacional Eduardo Abaroa, como las montañas nevadas del Uturunku, San Antonuo, Licancabur y otras, las lagunas naturales Verde y Colorada, el desierto de Siloli con el famoso árbol de piedra y la gran variedad de fauna andina que habita esta región. El turismo constituye la segunda actividad económica que mueve las comunidades y que poco a poco va desarrollando y mejorando su oferta con esfuerzo propio.
Desde el pasado 28 de abril, una comisión de trabajo de la fundación CEFREC y CAIB, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo AECID, inició un recorrido por la comunidad de Quetena Chico y continuará recorriendo la región de Lípez, siendo el próximo destino la comunidad de Quetena Grande, con la finalidad de realizar una labor de diagnóstico e investigación para coadyuvar, desde la comunicación, a visibilizar la problemática y la realidad que viven las comunidades de esta región fronteriza y alejada del centro político y económico del Estado Plurinacional de Bolivia, pero que son las que resguardan el territorio.
“Quiero pedir ayuda a nuestras autoridades, aquí las mujeres también trabajamos en la crianza de camélidos, vivimos de nuestras llamitas pero no tenemos ninguna ayuda, ojalá nos escuche nuestro hermano presidente de Bolivia, aquí vivimos en la frontera con Chile y con Argentina, cuidamos la soberanía, nuestra comunidad necesita todo tipo de colaboración para seguir trabajando, para seguir manteniendo la soberanía y que nuestros jóvenes no se vayan a Chile o Argentina por falta de trabajo y economía”, aseveró doña Natalia Berna desde su estancia de Carcani donde junto a sus hijos desarrolla la crianza de su ganado camélido.