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Objetivo: Desindianizar Bolivia

REVISTA JALLALLA

Bolivia es un país racista antes durante y después del gobierno de Evo Morales, quizás durante los 14 años del gobierno del MAS se intentaron atenuar la violencia que se cierne desde hace siglos sobre las mayorías andino amazónicas.

Lo cierto es que no se puede cambiar en 14 años lo que se “cocinó” durante siglos.

La dictadura tuvo la habilidad de “conectar” con una parte de la sociedad que se cree blanca y por lo cual le corresponden privilegios por sobre los “salvajes”, “terroristas”, “analfabetos” “sucios”, “idólatras” y tantos epítetos que surgieron en estos meses.

Los que nos consideramos indios nos malacostumbramos a tanto insulto durante nuestras vidas, pero quizás lo que mas nos duele es que muchos de nuestros hermanos se “sienten” blancos y se odian, por lo que son el producto perfecto de este sistema.

En Bolivia parece ser que aquellos cuyos padres migraron de las comunidades indígenas y nacieron en las ciudades y por ahí acceden a estudios universitarios se les blanquea la piel y de pronto menosprecian a aquel que vive en el campo.

Quizás el drama del país sea tan visible para el mundo pero no para los propios bolivianos al tener una presidenta que teñida de rubio se sienta blanca cuando una mirada blanca no distinguiría entre Jeanine Añez y Evo Morales.

Otro síntoma de hacia donde quiere volver una parte del país, es cuando la Presidenta aymara del Senado Eva Copa, le respondió con dureza a la presidenta Añez sobre sus intenciones de perpetuarse en el poder y ya salieron las señoras a llamarla “imilla” vocablo indígena que designa a una joven que se utilizaba para todo servicio en la casa de alguna “familia bien”.

Hasta hace muy poco tiempo Bolivia era una sociedad de castas y lo que mas alteró a un sector de los bolivianos fue que ocuparon los puestos en el estado, reservados para los criollos “esos indios de mierda”.

No fue casual que se eligiera el fin de semana que coincide con la celebración del año nuevo quechua-aymara para realizar un cierre total o “encapsulamiento” en La Paz. Es justamente en la lítica ciudad de Tiwanaku de esta departamento donde se realizaban desde los 80’ multitudinarias celebraciones para celebrar el nuevo ciclo.

A pesar de la pandemia, se estaban organizando en distintas localidades celebraciones del Machaq Mara siguiendo el protocolo que impone la situación.

Obviamente con este decreto se impedirá, so pena de encarcelamiento o represión, la celebración tan importante para la ritualidad andina.

Quedará para la libre interpretación porque se eligió este fin de semana y no los días que coincidían con la celebración católica de Corpus Christi ( 11 de junio).

A pesar de que Bolivia es un estado laico son denodados los esfuerzos de la presidenta autoproclamada de emitir mensajes de su fe católica como si todo el país lo fuera y no ahorró en gastos para “bendecir” con helicópteros ciudades principales del país realizando gastos millonarios para después eliminar ministerios considerándolos “gastos absurdos”.

Pero como muchas cosas que piensa la dictadura les vuelve como un boomerang, están prohibidas las reuniones sociales pero no las familiares, que serán vistas como actos contra la salud.

La salud para los pueblos indígenas no es algo separado de la espiritualidad, por eso quizás es una oportunidad para una reunión familiar y pensar como poder reconstruir esto que heredamos, y como zafar de la lógica del odio.

Como poder sanar nuevas heridas pero enfrentar esas taras porque de no resolverlas serán recurrentes en el devenir histórico.

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