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Mezquindad y miopía política

*Camilo Katari

La pandemia parece acelerarse en Bolivia al paso de las medidas que improvisa el gobierno de Añez, mientras la presiones crecieron para que se decretara cuarentena, los hay otros que muestran su descontento porque no se atienda a sectores que resisten el hambre en las calles porque viven de su actividad diaria.

Luis Arce, con tino particular y sin hacer alarde de su candidatura, hizo conocer a la presidenta de facto Jeanine Áñez que Cuba está dispuesta a cooperar a Bolivia con personal médico y el antiviral que desarrollaron contra el coronavirus. Pidió al Gobierno, en una carta, iniciar las gestiones para la efectivización de la cooperación en materia de salud.

Arce informó que tomó contacto con el gobierno de Miguel Díaz-Canel. “Nos manifestaron su absoluta predisposición para cooperar al pueblo boliviano con el antiviral que sus científicos desarrollaron, así como también con personal médico especializado para tratar esta pandemia”, refirió el exministro en la misiva.

Frente a esa predisposición, solicitó se “realicen las gestiones necesarias para que esta ayuda solidaria llegue al pueblo boliviano, pues ahora más que nunca necesitamos de certezas y garantías en la prevención, atención y tratamiento de este virus”.

La administración de Áñez que expulsó en noviembre a las brigadas médicas cubanas que llegaron durante el gobierno de Evo Morales para apoyar en programas de salud, principalmente en el área rural, desconoce lo que fueron grandes resultados del trabajo de la brigada cubana en nuestro país.

Respecto a la cooperación médica cubana, se sabe que desde 2012 el apoyo era financiado íntegramente por La Habana con equipamiento médico, medicamentos, insumos y material gastable, sostenibilidad de la brigada cubana, la transportación aérea de los colaboradores y los gastos en equipos médicos, no se habla de ni siquiera que pidieran recursos.
Además habrá de explicarse que la medicina cubana gracias a esa concepción internacionalista de llevar sus servicios a cualquier parte del mundo, ha servido a la República de China y lo hace a Italia, España y lo sigue haciendo con muchos países, forjando su invalorable aporte al combate contra el Coronavirus, en base al medicamento preparado en laboratorios de Cuba, el Interferón alfa B2 recombinado.

Pese al bloqueo que continúa frenando su economía y el peor atentado a la libre determinación de los pueblos, una medida imperialista por excelencia. Al interior de la isla y del proceso al que se enfrenta, ha servido para templar el coraje cubano. Esa cuota de sacrificio que hasta hoy la patria de José Martí sigue asumiendo como ejemplar y digno en América Latina.
La solidaridad de los pueblos es una señal de respaldo pleno a sus políticas y clara muestra de integración de los pueblos. Cuba, es sin duda el país caribeño que estrechó la mano a Bolivia mediante el programa Operación Milagro o ‘misión milagro’. Un programa que fue un verdadero proyecto humanitario creado en 2004 cuyo propósito fue ayudar a personas imposibilitadas de recibir un tratamiento médico a que puedan ser operadas por distintos problemas oculares.

Por todo ello negar el apoyo de la brigada cubana es impedir a que el otro acceda a un servicio público como ya los están haciendo con otros países, sin el afán de mostrarse como los únicos y los “salvadores” del planeta.
El insulto y la sensación de llevar a mayor miedo como es típico del ministro de gobierno al amenazar a los pobladores con estado de sitio, que si no acatan “sus instrucciones”, se les hará caer todo el peso de la ley, argumento falaz que añade aún más pánico a los pobladores.

Negar el gran trabajo de la misión cubana es negar su derecho a la vida, que aunque podrían ser pocos, mostraran que más allá de las posturas políticas e ideológicas, daremos al mundo una lección de integración, de solidaridad y de amor entre los pueblos.

*Camilo Katari, es Escritor e Historiador potosino

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