Los muertos y delitos de Añez serán impunes y encubiertos por Mesa

Cerca a las ocho de la noche del 17 de septiembre, Bolivia conocía la renuncia a la candidatura a la presidencia de Jeanine Áñez, el hecho ya se veía venir hace mucho, sus socios internos que se habían sentido traicionados con su candidatura que rompía los tratos que la llevaron a ser presidenta, la habían criticado en privado y en público.
Pero hay un pequeño detalle que el cerco mediático en Bolivia olvidó acallar o por omisión o porque al ser de su linea supusieron que no informarían, el periódico argentino INFOBAE destapó que Áñez estaba reunida con la gente de Carlos Mesa para pactar su declinación al cargo y que le brinde su apoyó, esto a cambio de total impunidad a los delitos cometidos por el gobierno de facto: las masacres, asesinatos, desapariciones y actos de corrupción, esto habría sido aceptado por el sexagenario político que sabe que esta es su última opción de llegar al cargo, por lo que brindará su protección a la administración transitoria.
Los intereses externos también estaban muy molestos, el candidato de la embajada norteamericana es Mesa y, Áñez se había atrevido a ir contra los deseos del mayor financiador del golpe de noviembre de 2019, que desestabilizó el gobierno de Evo Morales a cambio de nuestro litio, trueque que la derecha vendepatria aceptó más que feliz.
El plan era fácil, acabar con el MAS con una sistemática persecución judicial y policial de sus dirigentes y militantes que incluiría a la COB y los movimientos sociales. Carlos Mesa, ya de presidente, su misión quebrar al país para que vuelva el FMI y la devaluación de nuestra moneda para entregar el salar de Uyuni a los EEUU mediante empresas multinacionales instaladas en otros países.
Mesa, Camacho, Quiroga y otros golpistas junto al embajador del Brasil a nombre de su país y los EEUU, decidieron en noviembre pasado que en una reunión en la Universidad Católica de La Paz, que Áñez sería la presidenta de Bolivia y acordaron apoyar cualquier medida “necesaria” para consolidar el golpe de Estado, días después morirían decenas, centenares serían heridos y miles perseguidos, ahora gracias al nuevo pacto de Mesa con Áñez nunca tendrán justicia