Las mentiras y el doble discurso del Ministro de Educación

JUAN JOSÉ QUIROZ FERNÁNDEZ►
Los maestros rurales organizados del país en la CONMERB, desde el miércoles 17 de junio de 2020, vienen desarrollando como protesta, la extrema medida de la huelga de hambre en 20 piquetes y con más de 140 maestros, en defensa de la educación fiscal, pública y gratuita para todos los estudiantes de Bolivia, cuyo origen del conflicto, es la negativa al dialogo del ministro de educación para coordinar o dialogar con el magisterio organizado (CONMERB y CTEUB), propuestas orientados a afrontar el retorno a las clases suspendidas en las UE desde el mes de marzo, producto de la emergencia sanitaria del Covid-19.
Al negarse el ministro al diálogo con los principales actores de la educación, lo que hizo fue emitir declaraciones falsas y acusaciones políticas, como que “la educación se ha utilizado en los últimos 14 años como un sistema de adoctrinamiento político de estudiantes” (ABI, 2020), estas afirmaciones son políticas e irresponsables porque carecen de veracidad, al no presentar prueba alguna de lo aseverado. Pero la autoridad, sabe perfectamente que antes de los 14 años, en la época neoliberal, la educación boliviana estaba sumida en el olvido y al borde del abismo, porque en ese entonces el señor Cárdenas, también fungía como autoridad (Vicepresidente) y por esa situación implementaron la Ley 1565 de la reforma educativa impuesta por el BM y el FMI, junto a las políticas neoliberales de libre mercado con el DS 21060, que estaban orientadas a mercantilizar y privatizar la educación.
Ejemplo, el año de 1994 existían tres universidades privadas, las que se multiplicaron a 47 instituciones al 2005, en otras palabras, la educación se convirtió en una mercancía de libre demanda y oferta; además en ese entonces, se estigmatizó al maestro por el supuesto fracaso de la educación. De esa manera, se fue estrangulando a la educación fiscal y gratuita en desmedro de la mayoría de la población boliviana que asiste a estas instituciones fiscales, y que hoy el actual ministro, pretende hacer lo que se hizo con el neoliberalismo, hace 26 años.
Afirmar, que en los últimos catorce años se desarrolló el “adoctrinamiento político a los estudiantes”, es no saber que en ese tiempo hubo una real participación de los estudiantes en la formulación e implementación de las políticas educativas, fue como nunca en la historia de la educación boliviana donde se escuchó, se tomó en cuenta las necesidades y demandas de los estudiantes, además se les brindó una participación activa en el desarrollo de sus procesos formativos. Al respecto, según informe de gestión del ME, se recuperó la dignidad en educación como Estado, porque se estructuró un sistema educativo, que desde 1825 no se logró; por vez primera en la historia de la educación boliviana se construyó una Ley y un modelo educativo para todo el sistema educativo con participación de toda la sociedad boliviana, sin injerencia externa como se hizo cuando él fue autoridad; se estableció la educación como un derecho fundamental; se devolvió la dignidad al maestro; se reconoció el reglamento del escalafón del magisterio. Además, de dotar de infraestructura, mobiliario, laboratorios, equipamiento y tecnología a las instituciones educativas públicas (ME, 2018).
Pero el desconocimiento del sistema educativo por el ministro actual, no quedan ahí, sino que arremete de forma inhumana con los pobres y que son la mayoría de los bolivianos, junto con ellos a los defensores de esa mayoría, o sea, a la dirigencia del magisterio organizado de Bolivia (CONMERB y CTEUB), cuando afirma: “Decir que la pobreza no permite que la educación virtual se desarrolle, es una utilización de la pobreza como un truco”, “Se usa a la pobreza como bastión ideológico para rechazar la educación virtual en Bolivia”. Tales afirmaciones son una ofensa, una afrenta y una discriminación a las familias “pobres multidimensionales” de nuestro país, que según Cedla (2019) constituyen el 61% de la población boliviana, ello significa la existencia de familias que no tienen acceso a recursos monetarios y de bienes durables (bienes del hogar, logro educativo o acceso al internet), esa cantidad de estudiantes provienen de esas familias pobres y son los que acceden a las unidades educativas fiscales, donde se supone que la educación es gratuita, y que constituyen el 90% de la población estudiantil en nuestro sistema educativo.
Decir que la gente utiliza la pobreza como un engaño, para la implementación de la modalidad virtual, es una mentira inhumana e inadmisible, porque él ministro admite que existen familias con escasos recursos económicos “Incluso en casos extremos de familias que no tienen dinero para comprar celulares modernos, computadoras, ni megas”, conociendo esa realidad, dice que “Ahí tenemos que pensar (…) como proveerles computadoras y si hay que comprar esos aparatos, hay que hacerlo”. En sus palabras el gobierno debe comprar o adquirir los equipos tecnológicos para la aplicación de la modalidad virtual, pero de forma contraria y tramposa promulga el DS 4260, que prohíbe al gobierno el uso de recursos del TGN para ese fin. O sea, el ministro sabe perfectamente que existen familias pobres, que no podrán tener acceso a plataformas virtuales, a equipos tecnológicos y menos a cubrir los costos del internet para desarrollar los procesos educativos en la modalidad virtual, pero quiere hacer ver a la pobreza como un engaño o bastión ideológico, nada más falso y engañoso.
A partir de las afirmaciones del ministro, que el Estado no financia las plataformas virtuales, las herramientas tecnológicas y el costo de su uso, empecinarse en la educación con la modalidad virtual, simplemente es inaplicable e inviable desde todo punto de vista, toda vez, que la sociedad boliviana saldrá de un aislamiento social e inactividad económica por más de 100 días, producto de la emergencia sanitaria. En otras palabras, las familias estarán más pobres que hace 100 días, sin tener la capacidad de solventar los costos adicionales, especialmente para “Comprar celulares modernos” o computadoras, como señala sínicamente el ministro de educación. En ese sentido, por todo lo demostrado, existirá discriminación con la población mayoritaria en edad escolar, porque se vulnerará el derecho fundamental inviolable que tienen a la educación.
Conociendo esa realidad, el ministro de educación miente e intenta confundir con su doble discurso a los actores educativos y a la sociedad boliviana, al pretender hacer ver que el reclamo de las confederaciones de maestros es político, y no reconoce lo que el mismo afirma y además negarse escuchar al dialogo solicitado por los maestros de Bolivia CONMERB y CTEUB. Ante tal situación, la ineficiencia e incapacidad demostrada por la autoridad, más la obstinación en la aplicación de “educación virtual” como única solución a la crisis de la educación actual post pandemia, es y será un fracaso.
Ante la mentira, el engaño y la confusión demostrada, los maestros organizados se encuentran en el décimo cuarto día de huelga de hambre, a la cual también se sumaron los padres de familia a nivel nacional y la CTEUB. Empecinarse de forma tozuda y negarse a una demanda justa, que reivindica una educación fiscal, pública y gratuita para todos los estudiantes bolivianos, sin discriminación y en igualdad de condiciones, es negar la realidad que vive nuestro Estado. Por tanto, lo que le queda al movimiento de los maestros y padres de familia, será acudir a otras instancias, como la Asamblea Legislativa Plurinacional para una interpelación, o iniciar un proceso penal contra el ministro de educación, en ambos casos, primero por atentar contra el derecho a la educación fiscal y gratuita de los niños y adolescentes, segundo por incumplimiento de deberes, al no solucionar los problemas y las demandas de la educación suspendida hasta la fecha, por más de 100 días.
¡¡¡¡Viva la educación fiscal, pública y gratuita, sin discriminación para todos!!!!
¡¡¡¡No a la mercantilización y privatización de la educación fiscal en Bolivia!!!!