Fernando Huanacuni Mamani:
La octava fiesta ceremonia del mara (año), de los pueblos del hemisferio sur, es la fiesta ceremonia de la Chakana, la Constelación de la Cruz del Sur. Cada 2,3,4 y 5 de mayo, ocurre una alineación de la constelación de la “Cruz del Sur”, la misma que se coloca en posición vertical respecto al Polo Sur. Pero además el 5 de mayo es la fiesta de nuestra awicha (abuela) Illimani; fecha en la que podemos ver desde Chuquiagu Marka, a la Chakana de pie justo encima de este nevado milenario.
La constelación de la Cruz del Sur, conformada por cuatro estrellas, es el referente de orientación en el Hemisferio Sur, así como en el Hemisferio Norte, el referente de ubicación es la Estrella Polar Norte. Los pueblos del hemisferio Sur, conocen a esta constelación como Chakana, que en lengua aymara significa “puente que une”. Los abuelos y abuelas nos dicen que la chakana es el puente a través del cual venimos a esta dimensión y así mismo, cuando nos vamos de este mundo, es por ahí por donde regresamos.
Cuando dibujamos o vemos los mapas de los continentes, nos han acostumbrado a verlos siempre de la misma forma, con el Hemisferio Norte arriba. Pero ¿Qué está arriba? o ¿Qué está abajo en el sistema solar o en el universo? Los astrónomos dicen que si tuviéramos que decir qué es arriba, por el viaje de nuestra galaxia, dado que estamos viajando hacia el sur, tendríamos que afirmar que el sur está arriba, es decir, los continentes del Hemisferio Sur deberían ser la parte de arriba de nuestro planeta en función de la dirección del viaje de nuestra galaxia.
Inspirados en la Chakana, en el arquetipo “cuatro”, el cuadrado y la Cruz Cuadrada, son matrices de construcción arquitectónica en Tiwanaku, que se expandió en su tiempo desde los Andes hasta la amazonía, llegando su influencia también hasta el Centro de Abya Yala (Centro América). La Cruz Cuadrada es una figura geométrica utilizada como símbolo de los conceptos matemático espirituales en el mundo andino. Lo escalonado y lo ajedrezado son una constante en el arte y las construcciones del mundo andino; en Tiwanaku, la Cruz Cuadrada, la Cruz Andina, están grabadas o plasmadas en muchos de los templos, instrumentos, esculturas, pinturas, cerámicas, tejidos y otras piezas encontradas. La influencia del signo escalonado se pudo encontrar por toda Abya Yala, del Sur, del centro; en México, en los monumentos mayas e incluso en la ornamentación de los pueblos ancestrales del Norte de Abya Yala. Así también se encontraron textiles entre varios objetos en el volcán Llullaillaco, en el norte Argentino, que nos muestran que el concepto ajedrezado era usual entre los símbolos ancestrales.
La wiphala es uno de los símbolos bajo esa matriz ajedrezada y es una cuarta parte de esta estructura total tan importante de nuestra cultura, es decir, cuando unimos cuatro wiphalas obtenemos una figura proporcionada, en la que podemos encontrar: el cuadrado, la Cruz Andina, la Chakana y la Cruz de Orión; arquetipos conocidos de nuestra arquitectura, arte e incluso de nuestra filosofía, componentes importantes de la cosmovisión andina.
Un trabajo emprendido primero por la Arqueóloga Dra. María Scholten en el Cuzco, continuado luego por el Arquitecto Carlos Milla Villena, el Dr. Jorge Miranda Luizaga y posteriormente por Javier Tapia desde España, hace una relación entre los sitios arqueológicos alrededor de Tiwanaku. Al completarlo encontramos muchos pueblos y montañas antiguas. En el centro está Tiwanaku y alrededor van apareciendo en una expansión proporcional Tacna; Oruro, Santa Ana de Yacuma, Cuzco, Potosí, la Amazonía, Paitití, Cochabamba, Tarabuco, el Monte Thunupa y otros lugares representativos de lo que constituyó una cultura muy antigua e importante. Al unir estos sitios se descubre la ruta del Qhapaq Ñan; una ruta en línea recta que une templos, montañas y construcciones ancestrales, de miles de kilómetros. Esta ruta está a 45 grados del eje norte sur. Luego Javier Lajo junto a otros investigadores, encuentran la ruta de Tunupa y que además está a 22 grados 30 minutos, coincidiendo con el eje de rotación de la Madre Tierra. Hoy los historiadores han corroborado con la datación del carbono 14, huellas de una cultura con centro en Tiwanaku anterior al Tawantinsuyo y conforme avanzan las investigaciones sabemos que, Tiwanaku se expandió de manera planificada, pero además contaban con conocimientos de ingeniería y astronomía, extraordinarios.
Según la leyenda, Tunupa y Sumaya, peregrinaron por esta ruta, guiados por la Chakana, justamente en estas fechas. La Chakana es nuestra matriz de construcción y ordenamiento territorial, nuestra matriz filosófica; el arquetipo de las cuatro estrellas inspiraron el paradigma comunitario, como la base de la cultura. Por lo tanto cuando nuevamente la Chakana se pone de pie en el firmamento, nos recuerda cuál es nuestro horizonte y nos invita a reorientarnos, después de haber estado “norteados”, a retomar nuestro sur, para así retomar nuestro propio camino, nuestra primera fuerza; nuestra propia identidad.
Fernando Huanacuni, Aymara. Miembro de la Comunidad Sariri.