Improvisación y desorganización caracterizaron los actos protocolares por el aniversario patrio
La improvisación y la desorganización fueron las características que marcaron los actos protocolares por el aniversario patrio en la plaza Murillo, ya que el personal de Cancillería y del Ministerio de la presidencia no tuvieron el tino de respetar el programa organizado por la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
A primeras horas del día, el personal de la ALP tenía todo organizado y listo para llevar adelante el acto de la presentación de ofrendas florales y la sesión de honor, pero de forma intempestiva, cinco minutos antes de iniciar el mismo (07:55) llegó la unidad de ceremonial de la Cancillería con un nuevo programa de actividades.
La escolta presidencial Colorados de Bolivia comenzó su ensayo a las 08:00 de la mañana, hora que debió comenzar el acto oficial, mientras tanto el personal de protocolo de la Asamblea intentaba ponerse de acuerdo con los del Ejecutivo sobre cómo se desarrollaría el acto, sin llegar a un acuerdo.
El reloj del edificio legislativo marcaba las 08:45 y el personal de la ALP se retiró del lugar, dejando en manos de Cancillería y Presidencia el desarrollo de la actividad.
Pasó las nueve de la mañana y aun no se iniciaba el acto, los efectivos de los colorados continuaban con el ensayo, la discusión entre el personal de ambos ministerios se enfrascó en el lugar de la entrega de la ofrenda, mientras cancillería señalaba que el acto sería a los pies del monumento a Pedro Domingo Murillo, presidencia señalaba que sería en la puerta del mausoleo del mariscal Andrés de Santa Cruz.
El acto comenzó a las 09:20, sin maestro de ceremonias, sin sistema de audio y amplificación instalado. La entrega de ofrendas florales se realizó sin un orden establecido, primero fue la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), luego la Policía Boliviana, el Ejército, las dos cámaras legislativas y al final la Presidenta.
Esta última salió de Palacio Quemado acompañado de los ministros, dio su saludo a la guardia presidencial, pero no se la escucho y los efectivos no coordinaron el momento de respuesta, hizo entrega de su ofrenda floral y de forma inmediata se dirigió a los mástiles para la iza de las banderas, sin considerar a las otras autoridades que se encontraban en el lugar.
En el programa realizado por la Cancillería se contempla a las autoridades departamentales y municipales, que nunca llegaron, además indicaba la iza de la bandera con el “Patohu” al alcalde, que tuvo que ser reemplazado por uno de los diputados.
Las improvisaciones siguieron, ya que la sesión de honor debería empezar a las 10:00, pero no comenzó hasta una hora después debido a que la Presidencia no se enlazaba a la sesión virtual de la ALP.
El cherry sobre la torta fue que en medio del informe que presentaba la presidenta de la ALP, llegó al Hemiciclo el personal del viceministerio de Comunicación, para intentar realizar el enlace digital para presentar el informe, olvidando lo más importante, presentar el informe escrito.
Ante la ausencia del documento, que es un requisito constitucional, la Asamblea no tuvo más remedio que dar por agotado el orden del día y concluir la sesión. Una hora después el viceministro Israel Alanoca intento salvar la responsabilidad constitucional al llevar el informe al Legislativo, cuando ya no había personal de trabajo en ese órgano del Estado.
Un 6 de agosto atípico, con mucha improvisación en los actos, al parecer el personal del Ejecutivo se centró en el mensaje presidencial y se olvidó del resto de actividades y su coordinación con los otros órganos del Estado.