FOTO REPORTAJE: Crisis climática, impacto en la agricultura y migración en la comunidad de Sunchu Pampa – Cochabamba
CAMPAÑA NACIONAL MULTIMEDIA: "POR UNA BOLIVIA LIBRE DE VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES"
(APC Bolivia. Ruth Abelo). En el Valle Alto cochabambino, a 30 kilómetros de la ciudad de Cochabamba y sobre la carretera antigua Cochabamba-Santa Cruz, se encuentra la comunidad de Sunchu Pampa, conocida como la tierra del choclo, ubicada a 2724 m.s.n.m., con una temperatura promedio de 26ºC, cuenta con una población de 520 habitantes, la misma colinda al este con la comunidad de Laguna Carmen, al oeste con la comunidad de Villa Concepción (Provincia de Cliza), al norte con la comunidad de San Lorenzo y al sur con el municipio de Ucureña (Provincia de Cliza).
El municipio de Sunchu Pampa se caracteriza por la producción agrícola, principalmente del maíz y el choclo, por contar con una tierra fértil a lo largo de su territorio y las constantes lluvias en el tiempo de sembradío, donde el productor realiza una inversión de un cierto porcentaje económico en la producción y al momento de la cosecha, anteriormente triplicaba sus ganancias.
Hoy en día, a raíz de los fenómenos de la crisis climática que sufren las regiones productivas del país, y del mundo en general, las consecuencias se reflejan en la disminución de la producción de los cultivos.
El municipio de Sunchu Pampa no es la excepción ya que, en los últimos años, sufre constantes pérdidas económicas por la falta de agua y lluvias en la región, hoy en día los comunarios del municipio de Sunchu Pampa, tras el cambio climático que azota a la región, decidieron migrar a las ciudades y a otros países en busca de una estabilidad económica y fuentes laborales para poder sustentar a sus familias.
Una vez establecidas las consecuencias de la crisis climática, el rol de las mujeres en la comunidad de Sunchu Pampa ha tenido un cambio dramático y una afectación directa, debido a que los hombres salieron a buscar trabajo a las ciudades o al exterior, por tanto, las mujeres se quedaron a cargo de la mantención de sus familias, y para ello tuvieron que continuar cultivando las tierras, economizar sus ganancias y prever el sustento de sus hijos.
Hoy en día las mujeres de 40 a 70 años continúan con el cultivo de la tierra, las mujeres jóvenes también tuvieron que migrar a las ciudades para acceder a un estudio y poder obtener un trabajo estable en adelante, otras migraron al extranjero y son muy pocas las que vuelven a cultivar la tierra ya que no existe mucho trabajo.
Los comunarios del municipio de Sunchu Pampa, según sus creencias, mencionan que la crisis climática es un castigo de la misma Madre Tierra, ya que la humanidad en general no demuestra respeto por el medio ambiente, la naturaleza, a la que agrede con acciones como el talado de árboles, contaminación de los campos con basura, incendio de los bosques, entre otros.
Asimismo, mencionan que es un castigo divino, por los pecados que comenten la humanidad como violaciones, homicidios, feminicidios e infanticidios, por que la Madre Tierra es un ser vivo que tiene sentimientos y vida propia. Esto no deja de lado el problema mucho mas amplio que hace referencia a las grandes empresas transnacionales, mineras, petroleras, hidrocarburíferas, agricultoras de monocultivo, entre otras, cuyas mayores consecuencias son la contaminación de los ríos y el agua y la deforestación de los bosques.
Hoy en día los comunarios que continúan cultivando la tierra, a pesar de la escasez de agua, realizando perforaciones de pozos, compra de bombas de agua con sus propios recursos y poder producir el maíz para el sustento de sus familias. Por otra parte, el gobierno municipal y nacional realizan proyectos de perforación de pozos y sistemas de riego para coadyuvar a las familias necesitadas, pero aun así el agua no abastece.
En las comunidades originarias campesinas productoras estamos conscientes que la crisis climática es la mayor amenaza a nuestra existencia, a nuestra seguridad y soberanía alimentaria y nuestra propia vida. Por ello los pueblos originarios hemos sido siempre defensores de la Madre Tierra, respetando sus derechos y cuidándola como nuestra propia Madre.
Hoy tenemos el desafío de enfrentar o transformar las políticas de desarrollo, especialmente el desarrollo de las grandes industrias que arrasan descontroladamente con bosques, cielos, humedales, ríos, lagunas y zonas de biodiversidad, vivir en armonía con la Madre Tierra es parte fundamental del Vivir Bien que hemos planteado como horizonte del Estado Plurinacional.