El Dios del odio

PRIMERA LÍNEA ►
Resulta grotesca la utilización de la religión por parte de algunos políticos que en noviembre del año pasado llegaron a Casa de Gobierno, trayendo en los hombros una biblia gigante. “Hoy regresa la biblia a Palacio Quemado”, dijeron, después se dedicaron a asesinar personas desarmadas.
El poderoso dios del dinero, ha comprado el silencio y la complicidad de los medios de comunicación, para vendernos la idea de que (en realidad) estos homicidas que rezan a gritos el rosario, son devotos.
Igual que hace 500 años, nos dijeron que dios envió a los cristianos para masacrarnos por bailar Salay y amar la tierra que en realidad es el demonio mismo, dijeron.
Se rieron a carcajadas mientras exorcizaban a tiros a unos campesinos que levantaban una bandera de varios colores.
Estos nuevos evangelizadores, igual que los antiguos, tienen barba y les falta pelo, y son criminales.
“Pero ya no existe plata en el cerro de Potosí”, les dijimos.
“Pero tenéis Litio”, respondieron.
La única campaña política de la que son capaces, es la de unos fisiculturistas inflados con anabólicos que creen en la raza superior, sin mirarse al espejo.
En 14 años, el gobierno de Evo Morales, no pudo desmantelar el sentido común colonial, incrustado a hierro durante 500 años en nuestras sociedades, cómo podría.
En las narices de Sergio Gualberti, arzobispo de Santa Cruz, la dictadura utiliza la Biblia para torturar y asesinar.