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Crónica de una cola descolada

Son las 5 de la mañana. Salgo de casa. Apuro mis pasos. Llego al Banco. No más de 15 personas hay a la afueras de la entidad financiera.

Mis ojos resplandecen como los primeros rayos de sol. Luego me dicen que la cola está en otro lado, pero aquí armaremos otra fila. Estoy en la disyuntiva.

Es el tercer intento por cobrar el bono familia, será que no lo voy a lograr? Digo. Qué hago? En la otra cola están desde la media noche. Lo correcto es que me vaya allá, digo.

Me dirijo a la cola que está a una cuadra del Banco. Son las 05:30. Camino, camino y sigo caminando; estoy a unas 150 personas. Lo veo difícil lograr la hazaña.

En 10 minutos hay como 20 personas después de mi. La cola sigue creciendo. El día está llegando. Ya nos podemos ver los rostros, pero no nos reconocemos, todos estamos con barbijos.

Son las 06:30. Es hora de dirigirnos en caravana para instalar la fila afuera del Banco. Los militares acompañan a la caravana. Pasamos por la cámara de desinfección. La cola en la que me encuentro es la más larga, porque se comenzó armar desde la media noche.

Afuera de la entidad financiera ya hay tres colas. En la que me encuentro, la que armaron los que llegaron directo al Banco y la de los soldados que también cobrarán el bono.

Estoy escéptico. Ya son las 07:00. Puedo ver los ojos de los que están, digo estamos, haciendo la cola; de la mayoría se ven colorados como del pájaro chiororo, irritado por el sueño.

Los perros que están por el lugar nos alegran la estancia en la cola, juegan y se mordisquean. Hay envidia sana porque se los ven felices y no tienen que hacer la cola. El concepto de distancia se pierde frente a la realidad. Escucho comentarios de algunos que lo disfrutarán el doble el valor del bono porque está costando más que trabajar. Otros dicen que tienen que cobrarlo porque ya se lo gastaron, es decir, ya sacaron a crédito.

Es la 07:30. Comienzan a repartir ficha los guardias de la entidad. Hay ficha para las tres colas. Faltando 5 personas para que me toque la ficha se acaba. La protesta es inminente. La cola colada recibieron, si me hubiera quedado antes ahí, me hubiera tocado. Pero, por seguir el sentido común, no fue posible.

Habrá que esperar otra oportunidad. Claro! Si es que, para entonces, aún no expire el plazo para cobrar el bono. En tanto, como dice el adagio, a mal tiempo, buena cara.

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