Cinco meses de pandemia con casi 4.000 muertos, pésima gestión y corrupción
Han pasado cinco meses desde que el 11 de marzo se confirmaba los primeros casos de Covid-19 en Bolivia, en este lapso de tiempo se perdieron 3884 vidas según datos oficiales, que según medios extranjeros son muy inexactos, fallecimientos que ponen en el décimo sexto lugar al país en número de fallecidos por 100.000 habitantes, según unas estadísticas que publicó ayer Radio Televisión Española.
Todo esto en medio de una gestión de pandemia más que cuestionada del régimen de Jeanine Áñez que fue catalogada entre las diez peores por el New York Times, que también está marcada por un escándalo de corrupción que sigue con los principales responsables libres y que hasta ahora no pudo dotar de los tan necesitados respiradores, pese a que la mandataria dijo sobre este casoque se iba a hacer justicia “caiga quien caiga”. Este 14 de agosto se conoció una compra de pruebas Covid con un posible sobreprecio de $ 25 millones, sumando un hecho de corrupción más.
Diez días después de la llegada de la pandemia, el gobierno de facto de Áñez, decretaba cuarentena que con distintas variantes aún está vigente en todo el territorio, medida calificada de apresurada y que no cumplió su objetivo de preparar al país, demolió la economía que ya venia golpeada y no se cumplió con la dotación de ítems de salud, respiradores y otros instrumentos de salud y de pruebas.
El régimen es muy poco autocrítico, siempre recurre a culpar al gobierno previo por todas las carencias, pese a que tuvo meses para preparar al país ante de la llegada de la pandemia y días antes del primer caso el que era ministro de Salud, Anibal Cruz dijo sobre la enfermedad que, “el país esta preparado”.
Pero no solo desvía sus errores en la anterior gestión también se descargó en la población, en julio el ministro Iván Arias afirmó sobre los centenares de personas que fallecieron en sus domicilios o en plena calle, “hay personas están esperando hasta el último momento para ir al hospital”.
