Bolivia convive con sus muertos en las calles, y Gobierno de Jeanine Áñez no hace nada para contrarrestar esta situación.
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El fracaso de Jeanine Áñez en el manejo de la pandemia y su posterior desentendimiento de la crisis para pasársela a los municipios y gobernaciones como la propia inacción del su gobierno, han provocado una crisis sanitaria en Bolivia que obliga a la población a convivir con sus muertos por coronavirus en las casas y calles debido al colapso de hospitales y cementerios en varias regiones del país, principalmente en Cochabamba, donde las víctimas fatales de la enfermedad aún no descansan en paz.
En las últimas horas, los medios de comunicación reflejaron el drama de las familias y los vecinos de Cochabamba que tuvieron que bloquear las calles Simón López y Beijing con un ataúd, montado en una carretilla, en el que yacía el cuerpo de Roly P. que falleció el pasado 28 de junio y permaneció en su domicilio por siete días debido a la falta de ayuda de los familiares.
La tragedia que vivió la familia de Roly P. es la misma de cientos de familias en todo el país que acuden a los hospitales en busca de atención médica, pero son rechazados por la falta de espacio, insumos y equipos para detectar y tratar la enfermedad. Las víctimas del coronavirus retornan a sus hogares donde propagan la enfermedad entre sus seres queridos.
Algunas personas no logran retornar a sus casas y mueren en la calle, como Jorge M. de 54 años quien falleció en la zona sur de Cochabamba, cuando buscaba atención médica tras presentar síntomas de coronavirus.
Su cuerpo permaneció abandonado 24 horas en la vía pública, desde las 16:00 de este sábado. Los vecinos del lugar llamaron a la Policía, al Servicio Departamental de Salud (Sedes) y a la Alcaldía, pero ninguna de estas instituciones quiso hacerse cargo.
Horas después del deceso, la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (Felcc) se dirigió al lugar para envolver el cadáver en una bolsa de plástico negra y dejarlo en la acera de la avenida Petrolera. Este domingo, una empresa funeraria recogió el cuerpo de la víctima, que –según sus familiares- buscó ayuda médica por diez días debido a una afección respiratoria.
La vía crucis de esas dos personas se repite en varias regiones del país, donde la gente muere en las puertas de los hospitales colapsados, mientras otros centros médicos no son entregados debido a que son repintados de verde, color de la agrupación Juntos, tal como el Hospital del Sur de la ciudad de El Alto.
Fuente: Cambio