Atentado contra la salud pública

(La Razón).- En ninguno de sus capítulos el Código Penal incluye el delito de salir de tu casa o intentar ganarte la vida.
POR VERÓNICA CÓRDOVA
Ayer estuve detenida en un puesto de control militar. Mi delito: sacar a mi perro a la esquina de mi casa. No me quejo, hay quienes por la misma razón han sufrido injusticias mayores, abusos mayores, descalabros mayores. Sin ir muy lejos, un ciudadano de Riberalta sufrió un disparo por salir de casa.
La Constitución nos garantiza la libertad de circulación en nuestro país. En ninguno de sus capítulos el Código Penal incluye el delito de salir de tu casa o intentar ganarte la vida. Los policías que disparan y cobran multas y los militares que detienen y abusan se excusan diciendo que cumplen órdenes. El delito que esgrimen es “Atentado contra la salud pública”. Hay miles de ciudadanos que bajo este tipo penal han sido arrestados. Y varias decenas han sido condenados a prisión, con una eficiencia y velocidad que causa envidia a las víctimas de violación y feminicidio.
Durante la cuarentena, salir de tu casa sin autorización califica como atentado a la salud pública, pues se supone que podrías ser portador del coronavirus COVID-19, y amenazar la salud de las personas con las que te cruzas. Por ello, congregarte con otros o propiciar reuniones supone un atentado contra la salud de los demás.
Si ese es el caso, ¿no sería también un delito punible con hasta 10 años de cárcel propiciar aglomeraciones en las puertas de los bancos de personas especialmente vulnerables? ¿No representa un atentado contra la salud pública hacinar a decenas de ciudadanos en celdas como castigo por no haber respetado la cuarentena? ¿No es delito aislar a compatriotas por dos semanas en campos de concentración, sin acceso a agua potable o electricidad, y donde deben dormir 12 personas en una carpa de tres metros cuadrados?
Los bolivianos hemos aceptado las restricciones a nuestro derecho a la libre locomoción y al trabajo para precautelar un bien mayor: la salud y la vida de la mayoría. Sin embargo, la cuarentena no constituye una cura contra el COVID-19, es solo una forma de evitar que se propague. En Bolivia hemos iniciado la cuarentena de forma más temprana y mucho más estricta que en otros países, pero el número de casos no deja de aumentar, con una tasa que se duplica cada siete días actualmente.
La narrativa que se ha impuesto para explicar esta aparente ausencia de resultados es la indisciplina, que para muchos viene teñida de racismo y de política partidista. Por culpa de los “salvajes” e “ignorantes” que no cumplen la cuarentena, el virus sigue propagándose. Por culpa del MAS y de sus 14 años de gobierno la salud pública no tiene la capacidad de manejar la pandemia. Por culpa de un grupo de desadaptados masistas que quieren romper la cuarentena el Ejército se ve forzado a aplicar mano dura, para protegernos del contagio que llega atravesando las fronteras.
Son argumentos falaces, pero eficientes. Permiten, a quienes tienen la potestad de gestionar la crisis sanitaria (y la crisis social que se deriva de ella), deslindarse de responsabilidades. Si el coronavirus se propaga no es porque no se estén haciendo suficientes pruebas, ni porque se deje a los enfermos aislarse en sus domicilios sin comprobar que existan ambientes separados y sin capacitar a los familiares para evitar el contagio. No es responsabilidad de las instancias de salud pública, sino de los ciudadanos.
Si los hospitales no dan un cuidado apropiado a los pacientes y la tasa de mortalidad en Bolivia es de más del 7% (en La Paz llega casi al 20%), no es por falta de capacitación, preparación y coordinación de parte de los diferentes niveles de gobierno, las autoridades de salud o los centros médicos. Es culpa del anterior gobierno. Si la única respuesta a la crisis de salud y la emergencia humanitaria es la represión, la judicialización, la cárcel y el amedrentamiento no es porque ésa es la naturaleza de un gobierno nacido de las armas y por tanto sin legitimidad ni autoridad alguna. Es culpa de quienes sacan a pasear a sus perros, o se atreven a reclamar comida.
https://m.la-razon.com/voces/2020/04/12/atentado-contra-la-salud-publica/