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ARTÍCULO: Patriarcado y Estado Colonial

“La policía, cuando nos retuvieron nos dijeron que es lo que quieren indios, campesinos, la Añez no está entrando para un año ni nada, sólo es para tres meses, que queriendo han venido, diciendo nos patearon, a mí ni mi mamá, ni mi papá me han pateado, tampoco me han gritado, pero ellos nos maltrataron y teníamos que aguantarnos. Yo no puedo hablar bien el castellano y por eso nos decían indios y así nos discriminaron y también con los motoqueros nos hicieron pegar, a todas las mujeres a patadas nos agarraron”. Testimonio de una víctima del golpe del 2019

(APC Bolivia. Antonio Abal Oña). Roxana quedó sorprendida al ver a su violador caminando por las calles de la ciudad de La Paz. El violador tenía sentencia para estar en la cárcel. La única explicación que Roxana pudo inferir tenía relación con la conocida corrupción del sistema jurídico, en el que conviven consorcios que involucran a jueces, policías y médicos; facilitando certificados que permiten a los reos a gozar de libertad.

Este caso de la vida real, nos da pie para revisar la estructura sociojurídica de Bolivia. Como sabemos, desde la primera Constitución Política del Estado, pasando por la proclama de la independencia, los actores fueron hombres, todos con mentalidad colonial, caracterizada por el racismo y el patriarcalismo. En Bolivia se ha escrito y debatido bastante acerca del racismo, pero el tema patriarcal siempre fue esquivado debido a que los que debatían también eran hombres.

El patriarcalismo es una forma de comprender la totalidad de la vida humana, sus raíces se encuentran en la explicación del surgimiento de la vida gracias al “padre eterno” un discurso religioso que dominó la vida material desde el principio de los siglos, no solamente desde la explicación cristiana del origen de la vida, incluso Julieta Paredes afirma que patriarcado hubo en las culturas andinas. A estas alturas surge la pregunta si tenemos cabal comprensión del significado del patriarcado. Este será el tema de reflexión.

Según Gerda Lerner[1], el patriarcado: “describe el sistema institucionalizado de dominación masculina” esta afirmación nos parece la que mejor expresa la condición de las mujeres en las sociedades patriarcales, pero también de la sociedad en su conjunto.

En 1492 una nueva forma de sociedad y Estado nos llega de Europa, en este territorio que hoy es Bolivia. Pizarro fue el encargado de imponer el nuevo orden, acompañado de la biblia y el único universo existente dominado por la iglesia católica. Así el Estado colonial se construyó sobre la base de las ideas religiosas del sometimiento de la mujer al varón. Es pertinente señalar que cuando nos referimos al Estado colonial, nos referimos cronológicamente al periodo comprendido entre 1536 y 2006, asumiendo, además, la vigencia de un Estado colonial posterior a la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, que propone un Estado Plurinacional. Las características coloniales (que incluyen de manera inseparable racismo/patriarcalismo) se manifestaron en los años 2008 y 2019 el primero en la ciudad de Sucre y Santa Cruz (cuyo ensañamiento fue sobre todo a mujeres de pollera y/o emigrados de occidente) y la segunda durante el golpe de Estado, en el cual las más ultrajadas fueron mujeres de pollera cochabambinas y pertenecientes a la organización “Bartolina Sisa”[2]

Pero no sólo la religión católica mantuvo la sumisión de las mujeres sino como señala Adrián Moros, la ciencia también tuvo su parte: “Esta nueva ola progresista, que buscaba sacar a España de siglos de dominación religiosa y subordinación, no hizo lo propio con las mujeres, que siguieron padeciendo la misma misoginia de siglos anteriores. La supuesta inferioridad de la mujer fue en ese momento defendida y justificada por la ciencia. Las mujeres eran entendidas como seres que habían evolucionado hacia la crianza y el cuidado, justificando así el hogar como el espacio natural de ellas. El estudio de los cráneos y su morfología llevado a cabo por el anatomista Franz Joseph Gall también sirvió de análisis científico para defender una supuesta inferioridad intelectual de la mujer, justificando de esta manera su exclusión del mundo científico y académico. La teoría evolutiva también se utilizó para introducir la noción de que había seres más evolucionados que otros y, por tanto, la necesidad de crear jerarquías en la que unos individuos (hombres) quedaban por encima de otros (mujeres).”[3]

Con estos apuntes podemos ya definir que el patriarcado forma parte de la estructura socioeconómica del Estado moderno en Bolivia y que ha configurado instituciones con este pensamiento:  La burocracia estatal y su patriarcalismo congénito excluyó durante siglos a la mujer y solamente la permanente lucha de las mujeres les permitió abrir pequeñas brechas, para demostrar sus capacidades. Pese a todas las leyes promulgadas en nuestro país, la estructura patriarcal sigue vigente, las pruebas contundentes son las estadísticas de todas las formas de violencia que se ejercitan en los cuerpos individuales y colectivos de las mujeres.

Entonces el patriarcalismo no es un tema sólo de las mujeres, sobre todo tiene que ser analizado en el marco de la perspectiva descolonizadora, porque sin descolonización no existe despatriarcalización.

Antonio Abal Oña (analista político, periodista).


[1] Gerda Lerner. La Creación del Patriarcado. Crítica, 1986.

[2] Ver el ensayo colectivo en la publicación de la Fundación del Banco Central: libro 𝑆𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎 𝑦 𝑆𝑒𝑛𝑘𝑎𝑡𝑎: 𝑁𝑜𝑣𝑖𝑒𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑀𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎.

[3] Adrian Moros en: https://afcarmedia.com/2019/11/12/quien-construyo-el-machismo-moderno/

CAMPAÑA NACIONAL MULTIMEDIA: «POR UNA BOLIVIA LIBRE DE VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES»

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